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Las palabras escritas pueden ser una fuente de enredo tanto como de liberación; a no ser que la persona adecuada lo tome en el momento oportuno, el elixir se convierte en veneno. Tened, por favor, cuidado

okuda 1989

La aceptación del asunto que se trae a consulta comienza por crear espacio interior, un marco positivamente receptivo “un vacío fértil“.

Historia Zen

Existe una historia zen acerca de un intelectual que acude a ver a un maestro zen para poner a prueba sus teorías:

  • El maestro sirve té, cuando lo vierte de la tetera, la taza se llena hasta el borde. El maestro no parece haberlo advertido; sigue echando té y el liquido se derrama por todas partes
  • Alto, alto ! Ya está llena, no admitirá más ! grita el intelectual
  • El maestro se detiene y dice: Sí, una taza es como la mente, cuando ya está llena nada más puede entrar. Si hemos de aprender algo, primero hemos de vaciar nuestras mentes
  • El intelectual comprendió que había llegado con su mente demasiado ocupada para poder aprender realmente algo nuevo.

Lo mismo sucede en el espacio terapéutico, nuestro propio vacío es el que inicia el proceso terapéutico

Tanto los psicólogxs, psicoterapeutas… como quienes se dedican al ejercicio del acompañamiento, espiritualidad… se interesan por el espíritu y anhelo humano, su enfermedad y su liberación. Psicoterapeuta, cabe traducir por sus raíces griegas, como aquel que sirve o atiende al alma

De no ser por mis malos sueños, podría estar encerrado en una nuez y considerarme rey del espacio infinito.

hamlet

¿Sabes esto sobre Buda?

Buda se sintió impulsado a comenzar su búsqueda espiritual ante la vista del sufrimiento. Halló que la raíz del padecimiento estaba dentro de la mente. Prescribió un remedio gracias al cual era posible trascender la mentalidad común y superar el sufrimiento. En consecuencia, se le llamó “el gran médico” y sus enseñanzas, el Dharma, o la medicina suprema que alivia todo dolor mental

La noción de las enseñanzas de Buda como medicina para la enfermedad humana universal es una de las analogías más habitualmente empleadas con el fin de describir el Dharma y ciertamente la que el propio Buda estimuló en calidad de ayuda útil para el entendimiento de su mensaje

No hay espacio en nuestras vidas que quepa distraer cuando el alud despertado de nuestro voto más profundo rebosa interiormente desde la sima interior de Buda

hogen 1993

La libertad, en el zen, es una cuestión diferente de la libertad occidental centrada en la “elección del consumidor”. La libertad tal como la entiende el zen es aquella que se experimenta cuando unx vive a partir de su necesidad íntima más honda o, podríamos decir, de la realidad verdadera de su existencia

EL zen emplea el ritual con fines terapéuticos. Los rituales poseen formas tradicionales, pero el auténtico ritual no es estereotipado, se trata de un drama vivo con un gran poder curativo

david brazier

El carácter sagrado de la respiración

La terapia y la práctica de meditación constituye un ritual, un ritual es una acción sagrada, la vida muchas veces tiende a cargarse lo sagrado, por considerarlo carente de importancia, lo importante son los resultados de mis actos, no mis actos en sí mismos, mientras que el zen lo promueve

El zen nos hace experimentar el carácter sagrado de la respiración, de pisar la tierra, de permanecer inmóviles un momento, de sentarse, de tenderse. En el zen, levantarse de la cama y acostarse, comer, beber, hacer la compra, sacar al perro… son todos actos sagrados. Esa ritualización de la vida cotidiana nutre de viveza a la experiencia.

La responsabilidad

La responsabilidad es contigo, tu tarea es ocuparte de ti, de tus asuntos, incluirte en cada acción. Los cambios personales profundos emanados de la responsabilidad sobrevienen cuando nos hacemos cargo de nuestra verdadera naturaleza personal, no de continuar manteniendo esa imagen que no se sostiene y genera sufrimiento

El zen no borra los asuntos de nuestra mente; permite que no nos acosen y advierte que “eso no soy yo“, estos se van desvaneciendo cuando vivimos sanamente y no al revés, el zen no atañe a resultados a futuro, sino a prácticas en el presente