El viaje hacia lo que ya eres
Meditar = Cultivar
Meditar, tradicionalmente, se conoce como el cultivar, y el cultivo a nivel mental y espiritual se realiza a través de nuestra atención. Si atendemos al presente estaremos cultivando aspectos relacionados con la realidad, con aquello que sí está sucediendo, pero si atendemos y nos dejamos llevar por aspectos del pasado o futuro, la experiencia puede ser bien diferente
Meditar está relacionado con estar en presencia, esto quiere decir, aprender a ser consciente de nuestra vida: de nuestros pensamientos, emociones, comportamientos… No podemos decidir sobre aquello de lo que no somos conscientes, por ello, la meditación está muy relacionado con la toma de las riendas de mi vida tal como la quiero vivir, así como de la libertad para ser lo que necesito ser
Desde esta perspectiva, se puede entender perfectamente cómo la meditación está íntimamente relacionada con el bienestar personal, con la paz interior y con el sentido de la vida de cada ser humano. De esta manera, se convierte en una “herramienta” terapéutica que usamos para descubrirnos, aprendernos y asumirnos en nuestro presente
La determinación
¿La meditación es para todo el mundo? Sí y No
Todos los seres tenemos la capacidad de meditar, de estar presentes y conscientes de este momento tal cual es, pero no todo el mundo conecta con ello, y eso es normal y está bien
Lo más importante es ser honesto y ver si estoy en disposición de abrirme a descubrir lo que significa estar presente en mi vida, observar y responsabilizarme de mi estructura mental, de mis emociones, de mi cuerpo y de mi toma de decisiones
Si es así, bienvenido al precioso mundo de vivir cada vez con mayor consciencia, y si no, aquí está disponible para cuando quieras acceder a ello
Esta parte es muy importante si quieres comenzar con tu práctica y ser constante, ya que si no crees o conectas con ello es imposible exista la motivación y determinación de investigar y avanzar. Piensa que la práctica de la meditación es toda una revolución para tu mente, la vas a enseñar a estar en el presente, sin dejarse llevar e identificarse por los pensamientos (condicionados, automáticos e inconscientes) y ello, es todo un acto de libertad, de empoderamiento y de autenticidad, pero sobre todo de salud en tu vida
La postura
La postura física me invita a tener una determinada postura mental, por ello, y a pesar de que podemos meditar tanto en quietud como en movimiento, existen algunas posturas a tener en cuenta en la práctica
Te lo contamos todo en el siguiente artículo:
Retomarse
Pasar de lo mental (pensarlo, entenderlo) a lo sentido (vivirlo, traerlo a tu cotidianidad) requiere de compromiso contigo
El cerebro aprende a base de repetición, volviendo una y otra vez a conectar con el presente (a través de la respiración, una sensación física, sabor, sonido…), de esta manera entrenamos la atención al momento presente
Recuerda que tu mente (concretamente la red por defecto) tiende a divagar, le encanta enredarse con los pensamientos, saltar de uno en otro, y soñar o aterrorizarse con el futuro, así como revolcarse en un pasado que ya fue. Por ello, se consciente de que enseñar a tu mente, con amabilidad, a conectar con el presente, es todo un trabajo de repetición, en el que nuevas conexiones entre neuronas van ganando ventaja a viejos aprendizajes que ya no te sirve, y que incluso te impiden crecer
Los fundamentos
Lo que sucede y cómo te vas manejando en tu interior cuando te quedas en presencia es fundamental para que tu práctica se convierta en un lugar de desarrollo saludable para ti
De nada te sirve estar 30 minutos con los ojos cerrados mientras te criticas por distraerte o enganchado a ese plan sobre el que te apetece pensar
Para ello, te invitamos leas un artículo en el que se profundiza sobre las actitudes a fomentar en la práctica de meditación:
La práctica
La práctica diaria de meditación trata de darse cuenta (me hago consciente de algo) de lo que acontece (wow, me doy cuenta de que estaba pensando en ese problema con mamá) para poder mirarlo como lo que es, un pensamiento, y no un evento real que esté sucediendo.
De esta manera, la relación con los pensamientos, y todo lo que acontece, cambia. Comienza a haber consciencia del funcionamiento de mi organismo; comienza a haber responsabilidad por aquello que pienso, así como el poder y la atención que le doy. Dejamos de estar poco a poco a merced de lo condicionado y comenzamos a tomar decisiones con más lucidez.
Esto no solo repercute a cómo me siento a nivel emocional o mental, el cuerpo (que forma parte importante de todo esto) también se encuentra mejor, ya que, al bajar por ejemplo, los niveles de cortisol (la horma del estrés) el sistema inmune se fortalece, lo que provoca mayor protección frente a muchas enfermedades
La escucha personal
En general, sucede que no estamos acostumbrados a mirar internamente, más bien lo ponemos todo fuera (normal, ya que es lo que la mayoría hemos aprendido) Así, vamos haciendo cosas de manera más o menos automática, sintiendo que no tenemos demasiado control sobre nuestra vida. Básicamente, esta sensación es porque si ponemos todo al servicio de los acontecimientos externos entonces es imposible me sienta con conexión interna, poder y, sobre todo, paz; estando a merced de lo que suceda, de lo que opinen o sientan otros, o de conseguir determinados objetivos
Esta práctica nos para en lo que realmente somos, sentimos y pensamos, de forma básica, nos coloca delante de nuestro mundo interior, por ello, al principio suele resultar algo incómodo (como ya vimos, no estamos acostumbrados a mirar hacia dentro). Pero con un poco de paciencia y determinación, si realmente tiene sentido para ti, verás como te descubres en lo que realmente necesitas ser