La responsabilidad y compromiso con el otro: Un enfoque personal en el que la meditación es la base
Y tú, como psicóloga, ¿cómo estás en terapia? Porque se habla mucho del paciente y sus cosas… pero ¿en qué estado está la persona que tiene delante y con qué actitud afronta “sesiones y sesiones” de acompañamiento?
Os cuento mi caso y los límites de autocuidado que utilizo al respecto en este momento, los cuales no han sido siempre así, la realidad es que ha sido todo un viaje de escucha hasta que he permitido lo que a mí realmente me servía y ayudaba, pero he de reconocer que he pasado por fases de mucha intensidad y exceso de trabajo que agradezco haber mirado con responsabilidad
Por todo ello, cada día cuido de mi misma, para estar en la postura adecuada de acoger a las personas que acuden a mí. Primeramente, es una responsabilidad conmigo, ya que si no estoy en mi centro puedo perturbarme en presencia del otro; y después es una responsabilidad con el otro, ya que es importante se coloque delante de alguien que este presente, sereno, con confianza y claridad
¿Y CÓMO LO HAGO?
- Tengo límites en el número de personas y formaciones atiendo durante el día/semana/mes: el exceso de sesiones hacen que la atención amable se resienta, provocando daño interno (me estoy forzando) y externo (no estoy dando algo realmente honesto al otro)
- Cada mañana al levantarme hago meditación ZAZEN, práctica con la que llevo bastantes años
- Terapia, lecturas y autoindagación personal: cuidar el pensamiento, cualquier circunstancia es perfecta para aprender y continuar el camino; esto es importante en lo relacional, ya que estableces una base sólida contigo, a nivel experiencial y de desarrollo, que puede acoger lo que el otro traiga a terapia
- Retiro de Meditación, como mínimo uno al año: profundizar en la práctica personal, en mi caso en el ZEN es vital para seguir descubriendo las complejidades del ser humano en relación al silencio
- Tener limpio y ordenado mi lugar de trabajo: El ambiente me importa mucho, el clima que establezco en el lugar donde atiendo a las personas, he de estar cómoda, generando para ello un contexto cálido y amable para mí
- Entre sesiones me tomo unos 15 minutos, me levanto, estiro y respiro mi cuerpo, abro la ventana, enciendo una barilla de incienso, repaso las notas del siguiente paciente, preparo un té…
- Actitud de presencia compasiva durante toda la sesión: mi perspectiva es siempre desde el acompañamiento amable, en el que la firmeza y la determinación importan mucho, pero siempre envuelto en amabilidad y respeto por los límites orgánicos que cada ser humano posee
- Durante cada sesión tomo algunos apuntes que considero relevantes sobre lo que estamos tratando, al día siguiente reviso los casos del día anterior y envío un audio con lo más importante visto juntos (aspectos a tener en cuenta, audioguías, libros…). Esto para mí es importante, ya que siento la persona tiene, de esta forma, más presente el trabajo terapéutico y se familiariza mejor con su desarrollo, avanza más rápido; además de la importancia del contacto personal
- En las sesiones estoy en contacto con mi cuerpo: mantengo toda distracción fuera de mi alcance, respiro manteniendo una postura abierta y sin juicios; si algo me impacta emocionalmente lo respiro y entro en contacto con ello, muy importante para entrar en contacto con el otro
- Agradezco la confianza a cada paciente que acude a mí, doy valor a aquello tan íntimo que están compartiendo, lo trato con máximo respeto
- Practico la honestidad y pongo límites: Derivo a otro profesional cuando siento no estamos avanzando, no estoy en sintonía con la persona o hay algo que no lo vivo saludable; también pongo límites si observo un comportamiento invasivo o irrespetuoso por parte del otro (la verdad, solo recuerdo un par de casos al respecto)
- Soy la misma dentro y fuera de terapia: para mí no hay diferencia, salvo en el rol y los límites que se estableces en el marco terapéutico, pero mi energía y cercanía es igual. Eso para mí es muy importante, ya que hay mucha coherencia interna con lo que estoy haciendo, no es nada forzado, todo es muy natural para mí, y eso me permite tener una energía muy sana con cada una de las personas que atiendo
- Deporte diario, naturaleza, alimentación y relaciones que me cuiden: en mi caso practico escalada al aire libre, salgo cada día a la montaña, compro en tienditas cerca de casa o mercadillos productos frescos, y algo que me encanta… interactúo con la persona que me atiende
- Aprendo de todas las personas que vienen a consulta: tienen mi máximo respeto y admiración, ya que poseen el anhelo de trascender aspectos de sus vidas que les causan malestar, y eso es algo muy valiente en tiempos donde la evitación hacia lo que sentimos parece que es la norma
Me siento muy feliz de compartir esta parte más personal con todas aquellas personas que confían en mí cada día para que les acompañe en sus procesos, así como todos los profesionales que estamos en este camino con nuestras propias historias y circunstancias vitales. Gracias por leerme.
El camino sigue 🙏