Una terapia que une mente, cuerpo y alma
Vivimos tiempos en los que muchas personas ya no buscan solo resolver síntomas o cumplir expectativas externas, sino comprenderse, cuidarse y vivir de forma más consciente y coherente. En este contexto, la psicología integrativa y holística emerge como un enfoque terapéutico que honra la complejidad del ser humano y su anhelo profundo de sentido.
Una psicología que te acompaña en tu totalidad
Más allá de las etiquetas: integrar lo que somos
La psicología integrativa parte de una base científica sólida, pero se diferencia por su amplitud: en lugar de ceñirse a un único modelo, integra diferentes corrientes psicológicas (cognitivo-conductual, humanista, sistémica, psicodinámica…) y herramientas terapéuticas adaptadas a cada persona y momento vital.
Este enfoque no busca encajar a la persona en un método, sino comprender a la persona en su totalidad, incluyendo sus emociones, cuerpo, historia, vínculos, valores y recursos internos. Es una psicología que escucha, que siente, que respeta el ritmo único de cada proceso.
La psicología holística: una visión espiritual y conectada del cuidado
La palabra “holística” significa “totalidad”. En psicoterapia, implica reconocer que no somos solo mente pensante, sino también cuerpo sensible, corazón afectivo y dimensión trascendente. Esta mirada holística comprende que el malestar muchas veces no solo viene de una historia personal, sino también de una desconexión profunda: con uno/a mismo/a, con los demás, con la naturaleza y con algo más grande.
Ese “algo más grande” puede entenderse de muchas formas: como espiritualidad, como alma, como energía, como misterio… No se trata de imponer una visión, sino de abrir espacio a lo simbólico, lo intuitivo, lo esencial, y acompañar también desde ahí.
En este sentido, la psicología holística puede incluir prácticas como el mindfulness, la respiración consciente, el trabajo con imágenes internas, el cuerpo como memoria y recurso, el contacto con la naturaleza o el uso terapéutico del silencio. Son formas de escuchar lo que a veces no puede decirse con palabras, pero pide ser atendido.
La psicología integrativa y holística trabaja con: |
Mente y emoción |
Cuerpo y memoria |
Historia y vínculos |
Naturaleza y espiritualidad |
Símbolos, sentido y alma |
Un acompañamiento que no fragmenta
Uno de los mayores aportes de la psicología integrativa y holística es que no separa lo emocional de lo físico, ni lo mental de lo espiritual. Reconoce que las personas somos sistemas vivos, en constante relación con nuestro entorno, nuestros vínculos y nuestros paisajes internos.
Este tipo de psicoterapia no “cura” desde fuera, sino que facilita la reconexión interna para que la persona pueda habitarse de forma más consciente, más libre, más auténtica. A veces, eso implica atravesar el dolor. Otras veces, simplemente recordar algo que ya estaba ahí: la capacidad de sentirse vivo/a y en casa dentro de uno mismo.
No se trata solo de sanar, sino de recordar quién eres.
Una forma de hacer psicología más viva y humana
En una sociedad que muchas veces fragmenta, acelera y simplifica, la psicología integrativa y holística propone una forma de acompañar más viva, más profunda y más respetuosa. No se trata solo de resolver, sino de comprender. No solo de funcionar, sino de florecer. No solo de aliviar el sufrimiento, sino también de redescubrir sentido.
Cada vez más personas sienten la necesidad de una psicología con alma. Una psicología que honre lo que somos, lo visible y lo invisible. Lo mental y lo simbólico. Lo científico y lo sagrado.
Si sientes esta es la forma y dirección en la que te gustaría trabajar en ti, puedes escribirnos o llamarnos para ver en una primera sesión qué es lo que necesitas …
Acompañar desde el alma no es un método, es una presencia