Mindfulness puede entenderse como atención y conciencia plena, como presencia atenta y reflexiva a lo que sucede en el momento presente con interés, curiosidad y aceptación.
Pretende que la persona se centre en el aquí y ahora de un modo activo, procurando no interferir, valorar o enjuiciar lo que siente o percibe a cada instante.

La atención plena nos permite aprender a relacionarnos de forma directa con aquello que está ocurriendo en nuestra vida, aquí y ahora, en el momento presente.

Es una forma de tomar consciencia de nuestra realidad, dándonos la oportunidad de trabajar conscientemente con nuestro estrés, dolor, enfermedad, pérdida o con los desafíos de nuestra vida.

En contraposición, una vida en la que no ponemos atención, en la que nos encontramos más preocupados por lo que ocurrió o por lo que aun no ha ocurrido, nos conduce al descuido, olvido y aislamiento, reaccionando de manera automática y desadaptativa.

Dentro de la terapia psicológica, busca ante todo que los aspectos emocionales y cualesquiera otros procesos de carácter no verbal, sean aceptados y vividos en su propia condición, sin ser evitados o controlados.
El control sobre sucesos incontrolables, sujetos a procesamiento automático, requiere de la mera experimentación y exposición natural con la menor interferencia posible.

En primer lugar, Mindfulness es el contexto en que se da terapia psicológica, ya que se basa en la presencia, el no juicio y la aceptación.
Después, se utiliza más concretamente en cada caso de manera particular, sobre los procesos, dotando al paciente de independencia o autonomía, que le permite ser más independiente y tomar decisiones más conscientes. En definitiva, empodera a la persona.

Esto se consigue a través de lo que conocemos como
indagación que consiste en ir desvelando capa a capa,
haciendo una cesión, donde se van conociendo todos los fenómenos (pensamientos, emociones, etc.) y la forma en que se relaciona con ellos; para ir reconociendo todos los patrones (lo que hago cuando tengo esta emoción, este recuerdo, esta persona) y, al vivirlos con más claridad y presencia, poder cambiarlos si es lo que se quiere hacer, por otros más saludables o adaptativos.
Esto se traduce en dotar de libertad a la persona, no continuar actuando desde lo automático.
Trabaja sobre procesos comunes de diferentes problemas emocionales, actúa de manera transversal
Muchos problemas emocionales están relacionando con la evitación, en Mindfulness se trata de reconocerlos, conocerlos, aceptarlos y decidir libremente que hacer con ellos.

Te cuento algunos ejemplos donde se utiliza…

• Contexto alimentario
• El habla consciente
• Los pensamientos repetitivos u obsesivos
• Estados de ansiedad
• Trauma y recuerdos
• Adicciones o dependencia
• Relación con los dolores en fibromialgia, etc.
  Mindfulness se utiliza acompañado de audioguías,
  ejercicios, vídeos y textos, totalmente individualizado y
  de acuerdo al momento de paciente

Primero es importante aclarar que para que se obtengan buenos resultados la persona ha de estar dispuesta a comprometerse con el trabajo a realizar.
Una vez que se conecta con esta forma de abordar el
problema y se está dispuesto a mirar lo que sucede poco a poco, vamos dejando de evitar aquello que nos daba miedo, vergüenza o causaba malestar, ya sea por haber trabajado desde las sensaciones o pensamientos dolorosos dentro del
contexto de la terapia.
Cuando dejamos de evitarlo y nos abrimos presenciar nuestra vida y aceptarla, todo se transforma, ya que ahí tenemos la oportunidad de cambio.

Dicho cambio se genera no desde la carencia (he de ser mejor porque como soy no vale) sino que se da desde un lugar más saludable (entiendo y acepto mis circunstancias, me doy amor en el proceso de cambio, ya que es lo que me hace seguir creciendo y avanzando en mi vida).
Con Mindfulness vamos al origen, vamos a la verdad, no a seguir siendo dirigidos por pensamientos, conductas o emociones aprendidas (la mayoría hace muchos años) por eso funciona.

Esta es la pregunta más común que nos hacen siempre, y es normal que se tengan dudas, pero vamos a aclararlas.
Mindfulness no es relajación, es entrenamiento de la
Atención al momento presente (posada sobre la respiración, sensaciones físicas, sabores, etc.)
Lo que sucede es que puede tener como consecuencia que te sientas relajado, ya que, por ejemplo, al poner tu atención en la respiración, tu mente descansa de estar rumiando sobre un problema; otro ejemplo, es que al poner la
atención sobre nuestras sensaciones físicas también podemos modificar la postura o relajar los músculos, y eso puede relajarnos.

Pero no siempre es así, a veces en el presente vienen
recuerdos y sensaciones difíciles, somos conscientes de un aspecto de nosotros que no nos gusta como por ejemplo cómo nos hablamos, de manera crítica, a veces. Eso puede provocarme otros estados diferentes, pero se trata de aprender de ellos, no evitarlos y seguir hacia delante con presencia.

Te diría que Mindfulness no tiene ningún objetivo, ya que tendrás que ir descubriendo hacia donde ir en la medida que vayas escuchándote con presencia y honestidad. Pero más allá de esa perspectiva, podemos decir que lo que se trata es de….

Vivir en el presente, en el aquí y ahora, como la forma de vivir plenamente nuestra realidad sin perturbaciones, de saber escucharnos a nosotros mismos y ser honestos respecto a lo que queremos, lo que nos disgusta, lo que nos atrae, lo que nos hace sentir bien y, lo que en definitiva es, saber quiénes somos y hacia dónde queremos dirigirnos, con respeto y sinceridad

• Nos acerca al sufrimiento
• Te invita a luchar: el instinto de supervivencia lucha contra aquello que causa sufrimiento
• Relación con los pensamientos

En los últimos 30 años, y gracias a los avances y
aportaciones que ofrece la tecnología de neuroimagen, y al desarrollo de la Investigación en Neurociencias, se ha producido un crecimiento exponencial en el número y tipo de publicaciones que demuestran que la práctica continuada de
la meditación produce cambios en las estructuras y anatomía del cerebro, que contribuyen al bienestar físico y emocional de las personas que lo practican:

(Área prefrontal medial (zonas ventral y medial) que incluye el córtex orbitofrontal (situado detrás y encima de las órbitas de los ojos), el córtex prefrontal medial (zona dorsal y ventral), el córtex prefrontal ventrolateral y el córtex cingulado anterior).

Son áreas de gran integración y cuyas funciones son responsables del control, gestión y modulación de emociones difíciles como el miedo o la ira, de las relaciones de empatía, de la moralidad y la intuición, de la regulación corporal, de la comunicación sintónica, del equilibrio emocional, de la flexibilidad de respuesta y del autoconocimiento (Siegel, D. 2010).

En definitiva, practicar Mindfulness en el día a día, hace que cada pequeña acción cobre un significado más amplio, rico y diferente, ya que, a través de la atención plena nos hacemos conscientes de todos esos pequeños gestos que la vida nos regala a cada momento.